El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, sin duda, uno de los más importantes del mundo, se ha puesto la careta de la exigibilidad intransigente.

Y tanto es así, que para poder fotografiar los actos trascendentales del Carnaval no sólo hay que solicitar autorización administrativa, sino que ésta se condiciona de tal manera,  que casi resulta imposible de cumplir los requisitos para casi todos.

Estamos de acuerdo que la magia del Carnaval chicharrero es su imaginación, el largísimo y duro trabajo de todos: candidatas a reinas, murgas, comparsas, rondallas, agrupaciones,  y tantos anónimos con disfraces singulares y distintos…

Pero este año las autoridades se han empeñado en impedir que la “magia” se pueda sacar a relucir por todos. No cabe duda que no sólo de grandes e importantes empresas mundiales de la comunicación fotográfica y audiovisual se vive. Es importante, vital, otra visión, la particular, intimista, distinta, diferente. Esa es la visión del fotógrafo local, sea profesional o la de los muchos y buenos aficionados de los que depende el insustituible fondo documental de nuestro carnaval, como se ha podido comprobar en la última exposición fotográfica dedicada a la historia del carnaval chicharrero, en la que la mayoría de las fotografías, verdaderos testimonios, como he dicho, son obra de fotógrafos aficionados.

El propio alcalde en su inauguración elogiaba tan entrañable e imprescindible colaboración de estos artistas, sin caer que su propia Corporación impide que estos mismos “notarios” de nuestras fiestas, este año no podrán ejercer su labor, ya que se les exige que estén dados de alta como profesionales o a sueldo de una empresa de comunicación, es decir, se les prohíbe acceder a los diferentes lugares en donde se desarrollan los distintos actos del Carnaval, ya que al no ser “profesionales” carecerán de autorización para ello.

Además, para colmo, la competencia para otorgar dicha autorización será de la Subdelegación del Gobierno. ¿Vuelta atrás de las competencias? Pero… ¿no habíamos considerado que la autonomía local era irreversible?

Como consecuencia de este desaguisado burocrático –más propio del siglo XIX, recordemos “le falta una póliza”, que de la segunda década del siglo XXI- amantes de la fotografía y del mundo audiovisual de inmenso prestigio en las Islas Canarias no podrán hacer su labor. Estamos hablando de personas, algunas con más de treinta años en el mundo artístico, una de las cuales expone actualmente en la ciudad un magnífico compendio fotográfico, al que hemos hecho alusión, otras con premios internacionales de fotografía, o con un currículum relevante en el arte cinematográfico.

No entendemos este empeño en impedir la útil y efectiva mirada que pueden proporcionar al Carnaval chicharrero estos ilustres aficionados con  una proyección diferente, desde todos los puntos de vista, más popular, más vernácula, y, sobre todo, más auténtica.

Por este excesivo celo, muchísimos grandes profesionales se quedarán en la calle de la bonanza imaginativa, recurrente visión, e innegable autoridad costumbrista.

Es una pena. Ni tanto ni tan poco.

Esperemos que vengan tiempos mejores para aquellos que sólo quieren el bien de Santa Cruz de Tenerife, y plasmar para el recuerdo,  con su buen hacer artístico, la alegría  y originalidad carnavalera, durante muchísimos años.

Una pena, repito.

*Presidente de TuSantaCruz